Aquella noche soñé que te ahogabas…
Desesperada me pedías que te salvara. Tú creías que sí, pero yo no sabía bien nadar. Sentía imposible poder hacerlo, y mucho menos en aquellas aguas desquiciadas.
Desde la orilla, desesperado yo también, me debatía entre tu vida, la mía, la de los dos… Ir a tu encuentro, arriesgar mi vida, quizá sacrificarla, morir los dos… ¡Auxilio!, pedíamos.
Esta madrugada al despertar he querido interpretar aquel sueño:
morías,
tú sola,
en el mar de tus pensamientos.
¿Dónde hay un salvavidas?
¿Quién va a quitar el tapón para que esto desagüe?
¿Alguien que te enseñe a nadar?
¿Alguien que me muestre cómo salvarte?
17 June, 2010
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