Nadie parecía poder volver
a tener entrada en su corazón.
Después de aquella herida
puso veda al amor.
Cuando alguien quería entrar
él siempre decía no.
Y es que...
¿quién no teme al dolor?
Siempre se culpaba en su complejo interior,
"nadie puede querer a alguien como yo".
En el fondo sentía que la soledad
no era la solución.
Pero...
¿quién no teme al dolor?
Casa cómoda y trabajo encontró,
aunque seguía encarcelado en su yo.
Pocos llamaban ya a su solitaria, perdida alma,
y seguía pensando que la soledad no era una buena razón.
Pero...
¿quién no teme al dolor?
Pronto llegó la vejez y desesperación,
quiso dar marcha atrás en su terrible error
pero ya era tarde y a nadie encontró,
tan sólo una frase en el infinito escuchó,
alguien que a su pregunta respondió:
" Nunca temas al amor.”
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2 comments:
Hola Manu, realmente sin palabras, porque pude conocer el amor y el dolor en diferentes momentos, pero el dolor que llega cuando amas con todas tus fuerzas, el amor cuando duele, por eso digno de cualquier reconocimiento esto que acabas de escribir, realmente maravilloso.............. Sigue por más, es algo que te reconforta el alma al leerlo. Lorena
Es muy lindo tu blog.
Saludos desde Argentina
Elisa
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