18 September, 2007

Homus digitalis. La vida entre ceros y unos.


(Artículo escrito entre febrero y junio de 2001, durante mi estancia en la Universidad de Arhus, Denmark.)

Puede resultar una idiotez, a estas alturas en las que nuestra vida anda inmersa, decir que un gran cambio en las comunicaciones nos está engullendo. Y puede resultar así porque muchos son ya los científiicos y humanistas que están metidos hace años en el análisis de este proceso de cambio que envuelve nuestras vidas. Me refiero a la digitalización. Sin embargo, aún encontramos por ahí personas a las que todo esto del mundo digital le suena a película de ciencia-ficción.
Con este artículo quiero introducir algunas ideas que me fueron señaladas durante mi estancia en la universidad de Arhus, Dinamarca, bajo la tutela de las clases del profesor Wolfgang Kleinwachter, y que he venido analizando y desarrollando en los últimos meses. Espero ayuden a reflexionar sobre el tema a todos aquellos que aún no creen que estemos envueltos entre tan solo dos dígitos, ceros y unos.

Convergencia tecnológica y divergencia de servicios.

No nos damos cuenta que cada vez que utilizamos el teléfono, la televisión o la radio lo estamos haciendo dentro de un entorno digital, bajo una codificación de ceros y unos. Esto está suponiendo, a la vez que una mejora en la calidad de recepción y emisión, una convergencia tecnológica, es decir, el uso de aparatos que poco a poco van a convergir en un solo sistema desde el que se tendrá acceso a todo tipo de comunicaciones de que se disponga.
Atendamos a estos tres puntos:
- Muchas son ya las personas que hacen uso del teléfono a través de su ordenador e internet para conferencias interprovinciales e internacionales, con el consiguiente disgusto de las companias telefónicas.
- Cada vez son más los que disfrutan de televisión digital, tanto por cable como vía satélite. Y se comienza a ver como realidad la digitalización de las ondas de televisión terrestre. También, poco a poco, la tecnología hardware va evolucionando y se tiene acceso a imágenes de vídeo de mayor calidad a través de internet, por lo que el ordenador pronto será el sistema que controle la televisión en nuestros hogares.
- Es un hecho la digitalización sonora de la radio tanto por cable, terrestre y satélite, y solo queda la comercialización de receptores desde los que además de radio a la carta se tenga acceso a información adicional de texto y gráficos con contenido de todo tipo pero, en especial, de ayuda para la mayor calidad de conducción, tanto para la mayor seguridad y fluidez del tráfico como para el ahorro energético (radio en el coche).

Esta convergencia tecnológica está, a su vez, facilitando una divergencia en los servicios, que ya ha sido señalada implícitamente en los tres puntos anteriores.
Me explico. A través de internet se tiene acceso a casi todo: periódicos, radio (están contabilizadas mas de 1000 estaciones de radio que operan a través de internet), vídeo, televisión y teléfono. Pero eso no es todo, es un hecho que a través de internet se tiene acceso a la educación (cursos a distancia de toda índole consultándose tanto a profesores como a cualquier tipo de bibliografía y datos), al teletrabajo (el comercio electrónico está haciendo multimillonarios en USA y cada vez es más fuerte el apoyo y empuje ejercido por los piases de la Unión Europea) y a la telemedicina (muchos pacientes crónicos están siendo ya tratados desde su propio domicilio a través de internet y su pantalla de ordenador, hablando en tiempo real con el doctor o asistente mediante la web-cam y recibiendo consultas vía e-mail).

Internet y su División Digital.

Mientras una gran parte de nuestra llamada Aldea Global se beneficia de esta vertiginosa carrera hacia lo digital promovida por sus propios gobiernos, otra inmensa y mayoritaria parte permanece al margen. Se manejan cifras de que frente a los 500 millones de personas que están conectadas a internet existen 5.5 billones que se encuentran offline o que ni tan siquiera saben lo que el término significa o acaso les preocupa.
Esta división digital no es un problema que cuadre tan solo dentro del tradicional distanciamiento entre norte-sur u occidente-oriente, sino que se ubica también dentro de las sociedades más evolucionadas. La diferencia está creando dos tipos de ciudadanos que están gozando de desigualdad de oportunidades.
Es evidente que cada vez más y más funciones de la vida cotidiana tienden a ser llevadas a través del ordenador e internet, esto está provocando una división digital tanto entre sociedades como dentro de ellas que limita una igualdad de oportunidades al respecto.
Mientras unos se benefician de un mayor acceso a la información, que les está ofreciendo mejores oportunidades de promoción laboral, comunicación más rápida mediante e-mail, diversión y entretenimiento, otros quedan marginados de este desarrollo. Esto comienza a ser un asunto problemático (tanto en el ámbito político como social) que ya está siendo llevado a debate por los gobiernos.

Mientras en muchos países se están promocionando y extendiendo los servicios de la digitalización por cable, se ha considerado prácticamente utópico el cableado de África debido al inmenso costo que esto supondría y a la excasísima rentabilidad que se obtendría. Obviamente, habría que tener además en cuenta que en este país existen problemas mucho más urgentes de resolver que el uso de internet. Si a un chico de Senegal se le enseña un ordenador, probablemente te mirará con cara atónita y te dirá si lo puede cambiar por un buen par de bocadillos, un pantalón o, en su caso, un lápiz.
La marginalidad digital en la que se encuentra el tercer mundo podía ser trazada brevemente en cinco puntos: escasa infraestructura, altos precios del hardware, alto coste de acceso a internet, falta de educación y control de los recursos por parte del gobierno.
Sin embargo, hay excepciones que se han venido desarrollando en los últimos años en algunos países del Pacífico Asiático (Singapur, Malasia y Corea), Estados del Golfo Árabe (Dubai, Bahrein y Omán) y algunas islas remotas como las Maldivas o Tuvalu. Esto nos puede dar a entender que muchos de los llamados países del tercer mundo están viendo Internet como una extraordinaria oportunidad para desarrollarse económicamente.

Si queremos ejemplificar la división digital dentro de sociedades avanzadas, nos basta referirnos a datos del Departamento de Comercio Norteamericano. Según éste y estadísticas tomadas con variables de ingresos, educación, sexo y raza, mientras, por ejemplo, un hombre blanco con un considerable nivel educacional y alto nivel de ingresos tiene un acceso a internet del 100%, una mujer de raza negra de baja educación e ingresos tiene menos de un 5% de acceso a la red.
Una división similar puede encontrarse dentro de países europeos como Alemania o el Reino Unido. Adicionalmente, existe también en Europa una profunda división entre países del Norte, con cerca del 50% de acceso poblacional a internet, y países del sur donde tan solo el 5% de la población es estimada online.

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